La impactante historia de Gypsy Rose: de víctima a influencer en las redes sociales
El 14 de junio de 2015, en la cuenta de Facebook de Dee Gyp Blancharde, se publicó la frase “¡Esa perra está muerta!”, desencadenando uno de los casos criminales más resonantes en todo el mundo. Esta conmovedora historia de una madre e hija se ha convertido en inspiración para ficciones, documentales y libros. A casi diez años de los acontecimientos, la asesina que ganó la compasión de muchos vuelve a ser noticia al recuperar su libertad el pasado 28 de diciembre y mostrar la nueva vida que comienza a transitar a sus 31 años.
Gypsy Rose, nacida el 27 de julio de 1991 en Louisiana, Estados Unidos, es hoy una chica célebre en las redes sociales. Sin embargo, su vida ha sido una montaña rusa de enfermedades crónicas, una rebeldía oculta y un trágico desenlace que la convirtió en una víctima inesperada.
Los padres de Gypsy, Clauddine “Dee Dee” Gyp y Rod Blanchard, apenas se conocían cuando supieron que tendrían una hija. A pesar de las dificultades, decidieron formar una familia y contrajeron matrimonio. Sin embargo, la relación no duró mucho tiempo y poco a poco se fueron distanciando. A pesar de ello, Rod siguió cumpliendo con su rol de padre y mantenía una cuota alimentaria para su hija. Sin embargo, todas las noticias que recibía de su hija por parte de la madre eran malas.
Gypsy pasó por numerosas enfermedades, todas diagnosticadas por su madre, desde apnea del sueño hasta leucemia, distrofia muscular, convulsiones, deficiencias visuales, auditivas, alteraciones cromosómicas y retraso madurativo. Esta lista de dolencias convirtió a Gypsy y su madre en símbolos de lucha y recibieron numerosas ayudas sociales.
En 2008, la organización benéfica Habitat for Humanity construyó una casa especialmente adaptada para Gypsy en Springfield, Missouri. Allí la recibieron con calidez y solidaridad, y la niña se convirtió en una figura conmovedora a pesar de todas sus dolencias.
El calvario de Gypsy dentro de su hogar era desconocido para el resto del mundo. A pesar de vestirse y comportarse como una niña indefensa, en la intimidad de su casa no usaba sillas de ruedas, no hablaba con un tono infantil y se negaba a que su madre le rapara la cabeza. Todo era una farsa.
En su adolescencia, Gypsy descubrió que consumir comida de forma oral no era un problema, a pesar de que su madre le había sometido a una cirugía para la colocación de una sonda gástrica de alimentación. También descubrió que podía caminar y que su cabello crecía a pesar de los tratamientos que su madre le suministraba para evitarlo. Sin embargo, Dee Dee continuaba convenciendo a los médicos y a la sociedad de que Gypsy era una niña enferma.
El día final de la relación madre e hija llegó cuando Gypsy conoció a Nicholas Godejohn a través de internet. A pesar de vivir a más de 1500 kilómetros de distancia, iniciaron un romance cibernético que culminó con un encuentro cara a cara y con la decisión de pasar sus vidas juntos. Para liberarse del control y las mentiras de su madre, Gypsy planeó el asesinato de Dee Dee. Nicholas visitó la casa por la noche y apuñaló a la mujer. Luego huyeron y planearon comenzar una nueva vida en Missouri, pero fueron detenidos tras cinco días de investigación.
En el juicio, Gypsy fue condenada a diez años de prisión, mientras que Nicholas recibió cadena perpetua por ser el autor del crimen. Gypsy fue diagnosticada como una persona sana, sin ninguna de las enfermedades que su madre afirmaba que padecía. Su caso resonó en todo el mundo y se descubrió que Dee Dee sufría de trastorno de Munchausen por poder, un trastorno en el que el cuidador de un niño inventa síntomas de enfermedades en el menor.
Después de cumplir el 85% de su condena, Gypsy fue liberada el 28 de diciembre de 2023. Ahora, bajo el nombre de Gypsy Rose Blanchard-Anderson, está casada con Ryan Anderson y ha encontrado apoyo en su padre y madrastra, quienes la visitaban frecuentemente en la cárcel y se convirtieron en su gran sostén. Gypsy ha aprovechado su libertad para convertirse en una influencer en las redes sociales, compartiendo su historia y mostrando su felicidad. También planea lanzar un documental y un libro sobre sus experiencias en la cárcel.
Así, Gypsy Rose ha pasado de ser una víctima a convertirse en una persona empoderada, lista para enfrentar los desafíos que la vida le presente y vivir cada día con felicidad.