La preparación de huevos fritos es apreciada tanto por adultos como por niños y puede realizarse en cuestión de minutos, aunque alcanzar la perfección requiere conocimiento sobre la técnica adecuada. La forma más común de cocinar huevos es freírlos en una sartén con un poco de aceite y sal, aunque algunas personas sostienen que esta práctica no es la más saludable.
Los huevos son una opción saludable dentro de una dieta equilibrada, ya que son una fuente rica en nutrientes esenciales para el organismo. Proporcionan proteínas, grasas y nutrientes clave como las vitaminas A, D y B. Sin embargo, existe una manera saludable de prepararlos.
Cociná un huevo de manera saludable, paso a paso
Si deseás evitar el uso de aceite al cocinar huevos, podés optar por utilizar una freidora de aire. Necesitarás dos huevos, sal y pimienta para condimentar. En un recipiente apto para freidora de aire, agregá un poco de spray antiadherente para evitar que los ingredientes se peguen. Cociná los huevos en la freidora durante uno o dos minutos y listo.
Si no tenés una freidora también podés preparar huevos fritos manualmente utilizando una sartén antiadherente, un plato, papel de cocina y una espumadora. Calentá un poco de aceite en la sartén, abrí los huevos con cuidado y colocalos ahí. Los huevos se cocinarán rápidamente en la sartén caliente.
Estudios recientes han revelado que, contrariamente a lo que se creía en el pasado, el consumo de huevos no aumenta los niveles de colesterol y que consumirlos una vez al día no representa un riesgo para la salud. Una investigación publicada en el European Journal of Clinical Nutrition, realizada por científicos de la Universidad de Navarra, sugiere que el consumo de hasta cuatro huevos por semana puede ser beneficioso para la salud cardiovascular. Se confirma que el huevo es beneficioso por sí mismo, pero puede volverse menos saludable si se fríe con grandes cantidades de aceite o se combina con ingredientes como patatas y tocino.
Otras formas de cocinar huevos
Huevo poché o escalfado, con film
Paso a paso
1. Herví agua.
2. Cubrí un vaso con film. Utilizá un vaso o un bol como recipiente para dar forma. Cubrilo con papel film de forma que puedas forrar el vaso por dentro y que quede de sobra por fuera del recipiente.
3. Engrasá la parte interior del film con unas gotas de aceite para que se más fácil quitar el plástico después.
4. Cascá un huevo y con cuidado ponlo en el vaso sobre el film. Condimentá a tu gusto.
5. Enrollá el film sobrante formando un saquito. Atalo con hilo de cocina o hacé un nudo directamente con el film.
6. Cociná el saquito durante 3 ó 4 minutos en el agua hirviendo.
7. Retiralo del agua, quitá el papel film del huevo con cuidado y ya lo tenés listo.
Huevo Poché o escalfado (en remolino, sin film)
1. Poné a hervir agua en una cazuela y cuando veas que el agua esté hirviendo bajá el fuego.
2. Formá un remolino en el agua con ayuda de una cuchara o espátula.
3. Rápidamente rompé un huevo y echalo en el centro del remolino. Cociná de 3 a 4 minutos
4. Retirá el huevo del agua con cuidado de no romperlo y listo. Condimentá a gusto y serví.
Huevo nube
1. Separa las yemas de las claras y batí con varillas eléctricas (una batidora tiene el mismo efecto) las claras con una pizca de sal y unas gotas de limón hasta conseguir el punto de nieve (como si fuera merengue, pero salado).
2. Precalentá el horno a 200º y poné papel vegetal sobre la bandeja. Formá pequeños “volcanes” con la clara montada, tantos como yemas tengas. Ayudate con una cucharita para formar el hueco en el centro.
3. Poné una yema en el hueco de cada volcán. Condimentá a tu gusto y horneá unos 10 minutos hasta que las claras se doren un poquito pero vigila que no se quemen.