Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, se encuentra en el ojo de la tormenta. En medio del conflicto entre Javier Milei y Pedro Sánchez, Garamendi se ha visto obligado a tomar posición, algo que no le agrada. “No me interesa meterme en política partidaria”, expresó en desacuerdo con las declaraciones de Milei y de la vicepresidenta española, Yolanda Díaz.
Esta situación ha generado preocupación en el ámbito empresarial. En la reunión de junta directiva de la Cámara Española de Comercio en Argentina, acordaron que cualquier comunicado público deberá ser emitido desde las casas matrices, evitando así pronunciarse desde el país. Aunque al menos se aliviaron al saber que Milei decidió no responder con la misma medida al retiro de la embajadora.
Esta situación ha generado dudas acerca de cómo afectará a las conversaciones del G-20, al acuerdo Unión Europea-Mercosur y a las futuras visitas del presidente argentino. Los empresarios temen que José Borrel, alto representante español ante la Unión Europea, agregue aún más reproches. Sin embargo, esperan que la situación se calme, tal como ocurrió en desencuentros anteriores de Milei con Lula y Gustavo Petro.
El problema radica en la personalidad y las circunstancias de ambos líderes, que han profundizado el conflicto y lo han impregnado de ideología. A pesar de que en la residencia del embajador argentino en Madrid los ejecutivos invitados celebraron el rumbo económico de Milei, la reunión no se centró en negocios. Las empresas, conscientes de la controversia, enviaron a sus directores en lugar de a sus máximos representantes. Además, tienen una opinión negativa de Pedro Sánchez y le reprochan medidas poco amigables con el mundo empresarial.
La tensión bilateral y la falta de voluntad de ceder por ambas partes ha sorprendido a muchos. Esta situación se da en momentos en que el gobierno español esperaba que las empresas imitaran iniciativas conjuntas, como la de 30 compañías de Alemania que advirtieron sobre el peligro de posturas extremas en las urnas. Una crítica que no se le permitió hacer a Alternativa por Alemania, segundo en las encuestas para las elecciones europeas.
En el gobierno argentino creen que funcionarios de Sánchez convencieron a las empresas para cuestionar a Milei. Tienen una cronología que respalda esta teoría, ya que ministros como Oscar Puente, Diana Morant y Yolanda Díaz hicieron declaraciones antes del viaje de Milei y su encuentro con los empresarios.
La situación entre Milei, Sánchez y Garamendi ha generado tensiones en el ámbito empresarial y ha puesto en duda el futuro de las relaciones bilaterales. Los empresarios esperan que la situación se calme y se pueda retomar el enfoque en los negocios y las iniciativas conjuntas.