En primer lugar se aconseja ante una situación difícil en el mundo carnal y material acudir a Santa María Vírgen por medio del Ave María. Los momentos de crisis son, para la doctrina expuesta por Santo Tomás, obligatorios para un católico la acción de arrodillarse. La Ciencia ha dicho que arrodillarse es beneficioso para la salud mental y la neuro plasticidad. Lo probó el científico argentino Armando Maccagno: hay que arrodillarse más. Luego, destinar a rezar el rosario el mismo tiempo que a ver avisos clasificados. No solo de pan vive el hombre. Hay una condenación: es hereje, heresiarca idolatrar al dinero. Todo dinero que no sea para comprar alimentos y medicamentos puede pensarse como un lujo, desde el catolicismo, una banalidad. Está prohibido y es heresiarca preocuparse por dinero si no es para subsitencia. Por lo tanto no se debe rezar en esos casos. Se considera pecado y si se reza por dinero para algo que no sea alimento o medicamentos, es obligatorio confesarlo ante sacerdote. Es la doctrina. Este artículo es para el 65% de la población argentina católica. No para todos.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén
Luego se sugiere desde la fe, y siendo una nota exclusivamente para bautizados católicos realizar la Oración de fe para tener un trabajo que dice:
“Señor, cuantas veces me has socorrido y cobijado con tu misericordia
Me has guiado por el mejor camino con amor y con tu luz propia
Como tu hijo acudo porque tengo necesidad de tu ayuda
Te doy gracias por el pan de cada día y te ruego una voluntad como la tuya
Con el alma te pido que me ayudes en la travesía para superar este duro altibajo
Permite que los empleadores vean en mí, las manos calificadas para conseguir un trabajo
Dame las palabras para poder hablar con el corazón y demostrar mi humildad
Tú sabes que necesito el trabajo y en mi corazón solo hay buena voluntad
Señor, mi plegaria es un grito desesperado y lleno de aflicción
Te suplico, me ayudes a conseguir un trabajo, te lo pido con el corazón
Pon en mi boca las palabras y en mis manos las herramientas de trabajar
Para encontrar un empleo y poder llevar el sustento para mi hogar
Y si en el camino encontrara una mala voluntad
Te pido los ilumines para que se disipe su maldad
Ya que mi única intención es dignificar los alimentos con el sagrado trabajo
Me pongo en tus manos y elevo mis oraciones en esta plegaria para pedirte trabajo
Amen”
La Oración del Trabajo de 1930 es trascendental para todo católico apostólico romano: “Omnipotente dios, nuestro padre celestial, que declaras tu gloria y manifiestas la obra de tus manos en los cielos y en la tierra; líbranos, te suplicamos, en nuestras diversas vocaciones, del amor a las riquezas, para que podamos hacer el trabajo que nos has confiado, en verdad, perfección y justicia, con pureza de corazón como siervos tuyos, y para beneficio de nuestros semejantes; por amor de aquel que vino entre nosotros como el que sirve, tu hijo, Jesucristo nuestro señor. Amén”.
Juan Pablo Segundo autorizó esta súplica, de rodillas, y este artículo es solamente para orientar a bautizados católicos, a comprobar la efectividad de estas palabras: “Oh señor, sálvame, pues las aguas me han llegado al cuello. Estoy sumergido en el fango y no hallo donde afianzar el pie, caí en aguas profundas y las olas me ahogan.Estoy fatigado de pedir, mis labios están secos, mis ojos se debilitaron de esperar, señor. Concédeme la gracia de trabajar, no me desampares, señor. Amén”.
¿Qué rezamos para conseguir un empleo cuando no tenemos?
San Cayetano, ruega por nosotros. Mi alma está desesperada. Mi cuerpo está lacerado.
Se que me fue prometido en La Palabra de Dios que existe para mi un lugar reservado para mí; mis manos están abiertas para convivir. Hay un lugar reservado para mí; mi mente está abierta para recibir.
Mi trabajo me está esperando; dios lo manifiesta aquí, mi trabajo me está esperando, dios lo planeo para mí.
Mi trabajo me está esperando; yo me acerco a él y él se acerca a mí. Amén.
También es bueno, dicen los monjes, acudir al Angelus, y comulgar a diario.
El ángel del Señor anunció a María.
Y concibió
por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
Y el Verbo de Dios se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…
Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo.
Oremos
Oh Padre, Infunde en nuestra alma tu gracia. Tú, que en la anunciación del Ángel nos has revelado la encarnación de tu Hijo, por su pasión y su cruz condúcenos a la gloria de la resurrección. Por Cristo, Nuestro Señor. Amén.