Hay hombres y mujeres que resplandecen como faros de inspiración y guía. Son los grandes de la patria, aquellos cuyos ideales y acciones forjaron los cimientos de una nación libre, justa y soberana. Ellos nos han dejado un legado imborrable que sigue resonando en el corazón y el espíritu de una gran parte de nuestro pueblo.
Defender sus ideales, que no cambian con los tiempos, aunque, puedan cambiar con los gobiernos, no es simplemente un deber, sino un compromiso inquebrantable. Nuestra nación ha prosperado, cuando lo ha hecho, gracias a las luchas y sacrificios de estos hombres excepcionales, que nos han dejado un legado que se refleja en nuestros sistemas legales, políticos y sociales. La libertad, la justicia, la soberanía, la paz, la solidaridad, nuestra herencia hispanoamericana, nuestras costumbres y tradiciones, la moral cristiana, la responsabilidad ante Dios, la práctica de la ayuda mutua como expresión del amor al próximo fueron las piedras angulares de su visión de patria, y es nuestra responsabilidad asegurar que sigan siendo inquebrantables.
Hoy, que enfrentamos desafíos y controversias, debemos recordar la valentía y la convicción de estos grandes hombres, quienes no dudaron en luchar por lo que creían correcto. Defender sus ideales implica abogar por la igualdad de oportunidades, la justicia y el derecho de cada argentino. Esto significa que debemos ser activos en la participación cívica y batallar contra la opresión y la injusticia dondequiera que las encontremos.
Constituir el futuro con sus ejemplos implica más que mirar hacia atrás. Implica internalizar y aplicar sus valores en una Argentina en constante cambio. Estos líderes visionarios no solo lucharon por nuestra independencia, también establecieron las bases para un futuro justo y próspero.
A medida que avanzamos en el tiempo, debemos mirar hacia estos ideales para orientarnos. Debemos tomar decisiones informadas y responsables que aseguren un futuro mejor para todos, para este presente, y para las generaciones venideras, el futuro. Al hacerlo, estamos siguiendo el ejemplo de los grandes hombres y mujeres que no solo liberaron a la nación, sino que también trabajaron incansablemente para garantizarnos oportunidades.
Honrar la memoria de los grandes hombres de la patria es una muestra de respeto y agradecimiento hacia aquellos que dedicaron sus vidas a la causa de la justicia y la liberación. Sus sacrificios, sus logros y su visión merecen un lugar permanente en la historia de nuestra amada argentina.
Una forma de honrar su memoria es a través de la educación. Asegurémonos de que nuestros hijos conozcan sus nombres y sus proezas, para que puedan ser una fuente inagotable de inspiración. También debemos seguir erigiendo monumentos y conmemoraciones en su honor, recordando así su impacto en la constitución de nuestra nación…y ello también implica levantar monumentos a nuestros héroes de Malvinas.
Sin embargo, la forma más significativa de honrarlos es seguir viviendo de acuerdo con los valores que representaron. Esto simboliza ser defensores de las autonomías de nuestros pueblos preservando la soberanía de nuestra nación, y aquí nos estamos refiriendo a nuestros caudillos federales del S. XIX.
La fidelidad a los principios federales también es un compromiso continuo con la visión que dejaron como legado. No basta con admirar sus logros desde lejos; debemos incorporarlos a nuestra vida cotidiana.
El respeto por los derechos de los demás, la igualdad ante la ley y la participación activa en la vida política son solo algunas de las maneras en que podemos ser fieles a sus principios. Esto implica rechazar la corrupción, promover la justicia social y trabajar para fortalecer la soberanía como Estado. Solo siendo fieles a estos principios podemos garantizar que sus vidas no se desvanezcan con el tiempo.
Cultivar el legado de estos grandes hombres es un acto de responsabilidad y gratitud. Significa reconocer que somos los guardianes de su visión y que debemos esforzarnos por mantenerla viva. La historia nos ha brindado un regalo invaluable en forma de ejemplos a seguir y lecciones que aprender, no todos los países del planeta tienen el gran orgullo de contar con tantos grandes hombres y mujeres como los que nosotros tenemos.
Seguiremos defendiendo los sueños de estos grandes hombres de la patria, que nos legaron una nación libre, justa y soberana. Como lo hizo José de San Martín, que junto a sus valientes soldados cruzaron los Andes para liberarnos del dominio español. Como lo hizo Manuel Belgrano, el creador de nuestra bandera que impulsó la educación y la economía; como lo hizo Manuel Dorrego en su defensa del federalismo y su confrontación contra el régimen libertario de Rivadavia. Como lo hizo Juan Manuel de Rosas que llevó a los británicos y a los franceses a que peguen la vuelta para Europa.
Estos son solo algunos de los grandes hombres y mujeres de la patria, que nos llenan de orgullo y de gratitud. Hay muchos más, que, desde distintos ámbitos y épocas, han aportado su talento, su esfuerzo y su sacrificio para hacer de Argentina un país mejor. A todos ellos les debemos nuestro reconocimiento y nuestro homenaje. Y, sobre todo, les debemos nuestro compromiso de seguir sus pasos, de continuar su obra, de honrar sus valores. Porque ellos son nuestra historia, nuestra identidad, nuestro destino. Ellos son los héroes que nos dieron patria. Y nosotros somos los que tenemos que cuidarla, fortalecerla y hacerla crecer. Porque la patria somos todos aquellos que la constituimos.
Luis Gotte
Co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro
y “Buenos Ayres Humana II, la hora de tu Intendente” en preparación.