En línea con el panorama económico recesivo pronosticado por el Gobierno para este año, se registró una caída en la utilización de la capacidad instalada de la industria en enero. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la utilización de la capacidad instalada en enero fue del 54,6%, la cifra más baja para un primer mes del año desde 2002.
El informe del Indec revela que todos los 12 rubros industriales analizados experimentaron retrocesos en enero en comparación con el mismo mes del año anterior. El sector automotor fue el más afectado, con una utilización de capacidad instalada del 25,7%, seguido por la metalmecánica excepto automotores (33,4%) y los productos textiles (36,7%). Por otro lado, los rubros con mejores cifras fueron la refinación de petróleo (83,5%), las industrias metálicas básicas (76,3%) y el sector de papel y cartón (69,8%).
Es importante destacar que estos datos están influenciados por la estacionalidad y que enero suele ser tradicionalmente un mes con menor actividad industrial. A pesar de ser el nivel más bajo desde 2002, si se compara con los últimos cuatro años, se observa que los valores se mantienen alrededor del 56%. Según el economista Camilo Tiscornia, este nivel de actividad no difiere significativamente del comportamiento industrial de los últimos años.
Los comienzos de año han sido complicados en los últimos años. En enero de 2019, el país se encontraba en medio de la crisis económica de 2018, mientras que en enero de 2020 comenzaba la pandemia de COVID-19. Ante este contexto, Tiscornia advierte que el nivel actual de actividad industrial está en línea con una situación económica adversa, pero esto no significa que se mantendrá así durante todo el año.
La economista Natacha Izquierdo, de la consultora Abeceb, sostiene que este enero fue el peor desde 2002 en términos de utilización de la capacidad instalada. Izquierdo atribuye este deterioro a factores como la devaluación de diciembre, el aumento del impuesto PAIS y el incremento en el precio de la energía, que impacta en los costos y reduce la productividad de algunas ramas industriales. Además, destaca que enero es un mes en el que suelen realizarse paradas de planta, lo que afecta la utilización de la capacidad instalada.
Por su parte, el economista Federico González Rouco, de la consultora Empiria, explica que diciembre y enero fueron meses particulares para la industria debido al impacto del comercio exterior, especialmente en el pago a importaciones. Aunque se espera que la industria funcione a niveles más altos en el mes actual, la incertidumbre generada por la devaluación y el reacomodo de las fábricas tuvieron un costo significativo en enero.
En cuanto a las perspectivas futuras, Izquierdo señala que habrá que prestar atención al efecto rebote en la industria. Se estima que este rebote se producirá en el segundo trimestre del año, aunque la recuperación será heterogénea según cada sector y tendrá costos en términos de empleo y productividad.
La caída en la utilización de la capacidad instalada de la industria en enero refleja el panorama recesivo y los desafíos que enfrenta el sector en Argentina. Aunque estos datos muestran una situación negativa, es importante tener en cuenta la estacionalidad y el contexto económico actual para evaluar el desempeño industrial a lo largo del año.