La Obra Perdida de Anton Raphael Mengs
Por primera vez en su historia, el Museo del Prado ha tomado la iniciativa de emplear las plataformas digitales para localizar una obra artística desaparecida desde hace casi dos décadas. La institución madrileña se encuentra en la búsqueda de una pintura de 1760, una encantadora representación de Santa Cecilia, patrona de los músicos, creada por Anton Raphael Mengs (1728-1779). Este cuadro es crucial para la próxima exposición del museo que destacará obras inéditas del artista en las Salas A y B bajo el título: Anton Raphael Mengs. El más grande pintor del siglo XVIII.
Recientemente, Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación e Investigación del Prado, compartió en un video de Instagram la importancia de esta obra para la exhibición. A pesar de los esfuerzos, la pintura sigue sin aparecer, lo que ha aumentado la intriga y el interés en su localización.
Influencias y Últimos Avistamientos de la “Santa Cecilia”
Este lienzo, pintado en Roma, refleja influencias de Annibale Carracci (1560-1609) y Domenichino (1581-1641), y es fundamental en la trayectoria de Mengs. La última vez que se vio la Santa Cecilia fue en exposiciones en Dresde y Padua en 2001, donde fue celebrada como parte de la invención del clasicismo. Sin embargo, desde entonces, la obra ha permanecido en el anonimato, sin rastros de su paradero.
En un giro reciente, Andrés Úbeda, ahora jefe de pintura del Siglo XVIII y Goya del Prado, siguió una pista hasta Roma, donde creyó encontrar el cuadro en la casa de un médico recientemente fallecido. A pesar de la esperanza inicial, la búsqueda resultó infructuosa, ya que la familia había abandonado la propiedad mucho antes, dejando atrás solo oficinas.
El Significado Cultural de la Pintura Perdida
La relevancia de esta pintura trasciende su belleza estética; representa una pieza clave en el entendimiento del neoclasicismo europeo. Mengs, junto a su contemporáneo Johann J. Wincklemann (1717-1778), propuso una nueva forma de entender el arte, una que se mantuvo predominante hasta la llegada del Romanticismo en 1830. La exposición planeada para noviembre es vista por el Prado como un acto de valentía, un esfuerzo por reivindicar a Mengs, un artista cuya influencia ha sido considerable aunque no ampliamente reconocida.
Este esfuerzo por recuperar la Santa Cecilia no solo es un tributo a Mengs sino también una misión para completar una narrativa artística crucial. El Prado continúa su llamado a cualquier información que pueda llevar a la recuperación de esta obra maestra, perdida en el tiempo pero no olvidada.