Conflicto por los derechos de autor de “Esperando la Carroza”.
En abril se estrenó una nueva versión teatral de “Esperando la carroza” en el teatro Broadway. Esta obra, escrita por el uruguayo Jacobo Langsner, tuvo un rechazo unánime de la crítica cuando se estrenó por primera vez en Montevideo en 1962. Sin embargo, fue gracias a la versión cinematográfica dirigida por Alejandro Doria en 1985 que esta historia se convirtió en un verdadero objeto de culto que trascendió generaciones.
La puesta actual, dirigida por Ciro Zorzoli y producida por RGB, la productora de Gustavo Yankelevich, ha sido un rotundo éxito en la escena comercial. Según el programa de mano, la obra está basada en el texto original de Langsner. Sin embargo, los herederos de Doria, el fallecido cineasta y creador de programas como “Alta Comedia” y “Situación límite”, argumentan que la obra teatral está basada en el guion que escribieron Doria y Langsner para la película.
Argentores, la entidad que vela por los derechos de autor, ha respaldado la posición de los herederos de Doria. Ante esta situación, es probable que el conflicto deba ser resuelto en la justicia.
La productora RGB sostiene que la obra teatral se basa íntegramente en el texto original de Langsner. Alegan que la película es una versión de la obra de teatro con escenas originales escritas por Doria y Langsner. Sin embargo, los herederos argumentan que la puesta actual utiliza el guion de la película y no respeta los derechos de autor de Doria.
En medio de este debate, se encuentra Marco Ferrari, el hijo de Gustavo Ferrari y Marina Pampín, quienes fueron designados por Doria como los responsables de velar por su legado artístico. Ellos han iniciado una demanda para proteger los derechos de autor de Doria.
La situación se complica aún más, ya que Diana Frey, la productora de la película, también ha iniciado una demanda por derechos de producción.
Gustavo Ferrari y Marina Pampín esperaban resolver este conflicto de manera amistosa, pero si no se llega a un acuerdo, el caso deberá ser resuelto por la justicia.
Es lamentable que se haya llegado a este punto, ya que Alejandro Doria y Gustavo Yankelevich compartieron una larga relación laboral y Yankelevich conocía bien el trabajo de Doria. Sin embargo, para Ferrari y Pampín, proteger los derechos de autor de Doria es un deber, ya que su intención fue dejarle a Marco el legado de su obra.