En sus primeras declaraciones, las imputadas relatan condiciones de detención “inhumanas”, afirman ser profesionales y turistas, y acusan a la justicia de anular sus derechos. Su abogado, Carlos Broitman, denuncia un “montaje” judicial.
“A los jueces no les gustó que vengamos y tenemos miedo de la fiscalía. Es todo falso, en la audiencia no nos traducen nada y se nos anularon los derechos”. La demoledora frase de Svetlana Komkova, una de las ciudadanas rusas imputadas en la causa Rudnev, resume el sentimiento de un grupo de mujeres que, tras siete meses de proceso, rompieron el silencio para denunciar un calvario y desmantelar la acusación que las vincula a una secta.
Lejos de la imagen de seguidoras de un líder, se presentan como profesionales, turistas y amigas que se vieron envueltas en lo que su abogado, Carlos Broitman, califica como un “montaje plagado de irregularidades”. Mientras Konstantin Rudnev sigue detenido, ellas deben firmar en una comisaría cada semana, insistiendo en que son víctimas de un sistema que las prejuzgó.

“Nos trataron como criminales”: El relato de la detención
Las imputadas describieron un trato inhumano desde el primer momento. “Estuvimos cinco días paradas, esposadas, sin colchón ni agua suficiente. Una de las chicas se desmayó y aún así la llevaron a declarar”, narró Svetlana Komkova, una lingüista que solo había venido a Bariloche para correr en las montañas.
El relato de Beliakova Nadezhda, una mujer de negocios retirada, es igual de crudo: “Los calabozos eran oscuros, con una cama de piedra. Nos sacaron la ropa y nos hicieron abrir las piernas”. Su único plan, asegura, era vacacionar en la Patagonia.
Incluso la conexión con la joven embarazada que desató el caso, según ellas, fue tergiversada. Tatakanova Ksenia, diseñadora de ropa, afirmó: “Viajé para ayudarla. Sufría violencia intrafamiliar en Rusia y su madre me pidió acompañarla y contenerla”.

La Defensa Desmantela la Acusación Punto por Punto
El abogado Carlos Broitman sostiene que la causa se cae a pedazos al analizar las supuestas pruebas:
- El Engaño del Hospital: Broitman acusa que todo se originó por una mentira de una enfermera. “Ella misma confesó en la audiencia haberle mentido a las chicas, diciéndoles que necesitaban un nombre de padre para que el bebé pudiera salir del hospital, porque sospechaba de un alquiler de vientre”.
- Pruebas “Inventadas”: Las acusaciones más graves fueron refutadas. Las 131 pastillas que dieron positivo para cocaína en un test rápido resultaron ser “medicamentos de venta libre”, y análisis posteriores de laboratorio a 22 muestras incautadas confirmaron la ausencia total de drogas. La supuesta desnutrición que causaba caída de cabello en una imputada fue aclarada: “Sufre de alopecia por una enfermedad congénita”.
Konstantin Rudnev: ¿Líder o Chivo Expiatorio?
Para la defensa, Konstantin Rudnev es la excusa para sostener la causa. Argumentan que la fiscalía usa su condena de 11 años en Siberia por oponerse a Vladimir Putin para presentarlo como un criminal, sin tener pruebas nuevas en su contra. “Su teléfono no tiene nada incriminatorio. Quieren estirar la causa para mantenerlo preso”, afirmó Broitman.
Mientras la investigación continúa, las imputadas sienten que ya fueron condenadas por la opinión pública y maltratadas por el sistema. Su testimonio no solo busca la libertad, sino también limpiar su nombre y denunciar la injusticia que, afirman, están viviendo en Argentina.